Nuevos apuntes para una Escuela de
¡Ah! la vida, esa mujer hermosa,
coqueta y caprichosa que nos acuna y amamanta.
A ella, siempre dispuesta a recibirnos y consolarnos,
a ella, con sus palpitantes pechos de miel,
a ella, que es nuestra madre.
Se trata del título y del epígrafe, a modo de dedicatoria, de mí ultimo libro. Nunca abandoné la poesía, simplemente sigo trabajando escribiendo, siempre escribiendo con amor, con mucho amor.
Enrique 261210
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