jueves, diciembre 14, 2006

La Incapacidad de amar

Subo aqui un pequeño adelanto de este trabajo sobre cuyo tema, me parece, tendremos mucho que decir.


...Seguramente en todo proceso de formación de un vínculo exista cierta distorsión casi inevitable, un cierto “primer encandilamiento”, principalmente cuando el objeto es recubierto de una carga erótica. El amor debe superar ese obstáculo para relacionarse con el otro como tal, es decir como otro. ¿Se ve, por qué es necesario llevar adelante un duelo para acceder al amor? Justamente esa ecuación es la que en el agitado enamoramiento, por las características y el origen de las fuerzas que lo constituyen resulta imposible. En el amor, al reconocer al otro, al aceptarlo como otro, como una diferencia queda cerrado el camino a la desmesurada identificación narcisista. Siempre puede haber un cierto monto de identificaciones pero prevalece el examen de la realidad permitiendo verificar una distancia, tolerar el echo de que se trata de personas diferentes que se han elegido y no de la “común unión mística” que demanda la depositación narcisista del enamoramiento. Soportar no ser las dos partes indivisas de una totalidad mayor, eso es lo que demanda el examen de la realidad. Este proceso es indispensable en todas y cada una de las diferentes ecuaciones que necesitamos verificar para llevar adelante con cierto “éxito” nuestras vidas. Gracias a ello podremos tolerar las pequeñas y grandes frustraciones que la realidad nos impone a diario...

domingo, diciembre 03, 2006

Michelangelo I




La Piedad

Como la Virgen estaba mirando a su hijo,
todos los que contemplasen la estatua
tendrían que contemplar el rostro maternal
para ver en él la tristeza, la compasión
hacia todos los hijos de la humanidad,
preguntándose con tierna desesperación:
“¿Qué podría haber hecho yo por Él?”
Y desde lo más profundo de su amor:
“¿A que fin ha servido todo esto si el hombre no puede ser salvado?



Irving Stone
La Agonía y el Éxtasis.
Vida de Migel Angel.
Editorial emecé
Muchas gracias al autor de las fotos, a Irving Stone
y al Michelangelo,
claro.